Euterpe es una de las 9 musas, hijas de Mnemósine y Zeus a las que se atribuía la inspiración de los artistas en la Grecia Clásica. A Euterpe, en concreto, se la ha relacionado con los sonidos, y es por tanto la musa de la música.
No hace mucho tiempo leí un libro muy interesante, El señor de las moscas, de William Golding, del cual su lectura recomiendo encarecidamente; pero más allá de su recomendación quiero destacar una cita que resume muy bien el contenido latente de la novela, y que me hizo pensar recientemente en la naturaleza (si es que realmente tiene una) del ser humano, la cual condiciona su manera de actuar: (La escena ocurre cuando uno de los chicos que se encuentran en una isla desierta se encuentra con la cabeza de cerdo colocada por la otra facción de los allí perdidos, y que usan como forma de veneración a la Bestia, criatura que varias personas dicen haber visto o sentido, y por la que se forma una especie de culto. El chico, Simon, se da cuenta de su situación en la isla, que está permanentemente dividida entre dos grupos...) ¡Qué ilusión, pensar que la Bestia era algo que se podía cazar, matar! - dijo la cabeza. Durante unos momentos, el bosque y todos los demás lugares apenas disce
19 Bello y feo. Nada hay tan condicionado, digamos tan restringido, como nuestro sentimiento de lo bello. Quien pretende concebirlo desligado del goce que el hombre libra del hombre, deja al momento de pisar terreno firme. Lo “bello en sí” es un mero concepto; no es ni siquiera un concepto. En lo bello, el hombre se establece a sí mismo como criterio de perfección; en casos selectos, se adora a sí mismo en lo bello. Una especie no puede por menos de decir sí exclusivamente a sí misma de esta manera. Su instinto más soterrado, el de conservación y expansión del propio ser, irradia aun en tales sublimidades. El hombre cree el mundo mismo colmado de belleza; se olvida que él es la causa. Él lo ha obsequiado con belleza, ¡ay 1, sólo con una belleza muy humana, demasiado humana. En el fondo, el hombre se refleja en las cosas; tiene por bello todo lo que le devuelve su propia imagen. El juicio “bello” es su vanidad genérica... Pues al escéptico bien puede un leve recelo susurrarle al oído:
AYAYAYAYAYYAUASYJWNGK
ResponderEliminarNooooooooooooooo
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